Todo empieza en la ciudad, una realidad en la que suelo ir en el mundo espiritual, una copia de la misma con algunas mejoras que ocasionalmente encuentras en el paisaje, en esta ocasión mi viaje inició en el metro uno muy diferente al que conocemos.
Luego de un largo viaje atravesando la ciudad de un lado a otro, llegando hasta una zona que no sabía identificar, mi atención fue rápidamente atraída por un edificio, sentí que me llamaban, termine por transformarme en un gato, en sentido figurado, curioso y deseoso de investigar, saciar su deseo, saber quien me llamaba.
Entre al edificio, a través de un vidrio vi a un grupo de chicos reunidos en una mesa, me llamo la atención uno, se percato de mi presencia, reaccionamos al mismo tiempo, como si un gato se mirara al espejo y pensara que ve a otro gato que lo imita, luego te vi, tu cabellera roja resaltaba en todo el lugar, oculta entre dos chicas, solo pensé “que hermosa te ves” y fue en ese instante que para mi todo paso de un simple sueño a una realidad tan convincente que aun deseo que sea real.
Deje de mirar “a escondidas” y me acosté en el suelo, estaba quedándome dormido cuando apareciste, llegaste a mi y te sentaste sobre mi, dijiste algo que no pude escuchar, tan solo te inclinaste y me besaste, comenzó la realidad, no solo te veía, también escuchaba el sonido de los besos, sentía tus labios tocar los míos, mis brazos rodeando tu cuerpo para abrazarte, era tan real que no quería despertar.
Luego te di vuelta, ahora eras tu la que estaba debajo de mi, te miraba fijamente a los ojos y me sentía enamorado de ti, me llegue a sentir de una manera tan real, que no creo que existan palabras para describirlo.